

Quién iba a pensar que los bancos serían los salvadores de la España unida. Precisamente ellos, otrora rescatados por todos los españoles, ahora salen al rescate indirecto de la España de siempre. Es su forma de devolvernos el favor para seguir haciéndonos la puñeta. Parece una broma. Pero no cabe duda de que los movimientos del capital, siempre miedoso, buscan la mejor forma de seguir haciendo negocio. El dinero mueve más montañas que la fe.
Se calcula que la fuga de capitales a través de cambios de sede central (domicilio fiscal y tributario) de las empresas catalanas más representativas es ya del 50% del PIB de Cataluña. O, lo que es lo mismo, 61.000 millones al año. Los políticos catalanes, que saben mejor que nadie que la pela es la pela, se lo están pensando presionados por los mercados internacionales y la Unión Europea. Y sobre todo Junqueras, que tiene poca vista para desempeñar el cargo que ocupa y que continúa vendiendo el paraíso catalán diciendo que “no pasa nada”, “que los que se van, ya volverán”. Y eso a pesar del video que se ha hecho viral en las redes sociales donde se escucha al anterior presidente de la Generalidad, Artur Mas, diciendo que los bancos “iban a pegarse por instalarse en Cataluña” y que nadie pensara que “tanto CaixaBank como el Banco Sabadell iban a dejar de operar en donde tienen su principal fuente de negocio”.
Ni el expresidente Mas ni los dirigentes nacionalistas catalanes actuales han buceado en la completa información que existe en los medios de comunicación, en internet y en el balance de estas entidades catalanas. No quieren ser sacados de su error y poder así seguir con su mantra y venta de acciones en el paraíso de la República Independiente de Catalunya.
CaixaBank tiene el 80% de su negocio en España, y de éste, sólo el 21% en Cataluña. Además, una de cada cuatro nóminas o pensión de los españoles está domiciliada en esta entidad, “ahora valenciana”. Un 27% de españoles confía en la antigua caja reconvertida en banco para que gestione sus dineros mensuales para vivir e intentar llegar a final de mes.
Por lo que respecta a Banco Sabadell, entidad “ahora alicantina”, el 68% de su volumen de negocio lo realiza en España; el 32% en el extranjero y Cataluña “sólo” representa el 15% de sus operaciones. A esto hay que añadir que se calcula que son más de 300.000 inmuebles en toda España los que dispone Solvia, la inmobiliaria del Sabadell, y que no sabe cómo quitarse de encina. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria en 2008 produjo un aumento de sus activos inmobiliarios, que ahora son para muchos un lastre que impide un mayor crecimiento de beneficios a la entidad.
¿Quién duda, con estos datos, de que los que se van tienen muy difícil volver? Aunque el tema se solucione en una semana. Los antecedentes de un caso similar, producido en Quebec, demostraron que es fácil huir de la inseguridad jurídica y difícil volver para arriesgarse de nuevo a renovadas aventuras.
Pero cuánto más revueltas bajan las aguas al norte del Ebro, más se pesca en aguas tranquilas. La Comunidad Valenciana es una de las más beneficiadas de esta situación. Y además sin comerlo ni beberlo. Sin mover un dedo (o eso parece).
A la fuga del dinero miedoso de los bancos le siguen sus principales clientes, las grandes empresas. Pero no acaban ahí los problemas para los independentistas catalanes. Si los conflictos e inseguridad de los países árabes y el terrorismo islámico ha beneficiado al turismo español en general y al de la Comunidad Valenciana en particular, ahora le toca el turno a los pensionistas usuarios del IMSERSO. Mientras las plazas asignadas a Cataluña están teniendo problemas para ser cubiertas, las 180.000 asignadas a la Comunidad Valenciana están prácticamente vendidas, según datos de la patronal hotelera Hosbec de Benidorm. Desde Castellón hasta la Vega Baja, y por supuesto Benidorm, el destino estrella de los jubilados españoles, están siendo muy disputadas. La mayoría de usuarios de este servicio son pensionistas españoles, trabajadores y cotizantes en el franquismo, que no quieren verse inmersos en conflictos. Se conforman con comer a pensión completa, bailar en sus hoteles y que los “manteros” les vendan mantas, colchones y utensilios del hogar que nunca van a utilizar y que acabarán en el trastero o en casa de uno de sus hijos. Y mientras, las reservas en hoteles de Barcelona sobre todo y del resto de Cataluña sufren cancelaciones de reservas que ya alcanzan un 25%. Hasta los taxistas del aeropuerto y los bares están sufriendo la intoxicación y fiebre independentista.
El Barça se queda
Esperemos que no se quede como Neymar (Piqué dixit). El fútbol ha venido a sumar su fuerza a la de los bancos y las empresas para cargarse el “procés”. Ayer presentó el Barça un presupuesto de casi 900 millones de euros basado en su participación en LaLiga. Tanto este organismo como la Federación Española de Fútbol han dejado claro que el F. C. Barcelona y los clubes catalanes profesionales de una nueva república independiente no podrían ser dependientes de una organización española. El presidente de la Federación Catalana ya ha anunciado que se quedan… Pero de momento el Atlético de Madrid sólo ha enviado 250 entradas a Barcelona para el partido del próximo sábado en el Wanda Metropolitano. ¿Casualidad? Se espera una manifestación de españolismo con banderas ante el Barça de Piqué. Y mientras tanto, Messi sin renovar… Más de un político catalán ya se lo está haciendo mirar.
Y todo gracias a los actuales gobernantes de Cataluña. Tienen una semana para que todo vuelva a su ser. Para aclarar si su declaración cuántica de independencia es un sí o un no. Aunque nunca será como antes. Cada 80 años, los independentistas catalanes vuelven a sus aspiraciones, ilícitas para el resto de los españoles. Si esto acaba bien, el próximo golpe está previsto para 2097.