

Corrupción
La palabra corrupción dentro de un enfoque social y legal se encuentra definida como la acción humana que transgrede las normas legales y los principios éticos. La corrupción puede darse en cualquier contexto, en este caso analizaremos la corrupción en el sentido administrativo y político.
¿Cuanto nos cuesta a los españoles la corrupción en España?
La corrupción cuesta a los españoles 90.000 millones al año, casos como, Gürtel, Bárcenas, Palma Arena, Nóos, Cooperación, Imelsa, Fundación, Malaya, Orquesta, Taula… Más de 175 tramas desde que comenzó la democracia, 126 originadas solo entre PP y PSOE, 1.660 causas en 2013, en datos del Consejo General del Poder Judicial, y hasta 125 casos de corrupción en 2016, según la hemeroteca de El Huffington Post.
La corrupción saquea las arcas del Estado, las reservas que financian los servicios al ciudadano, sus derechos y prestaciones sociales, denuncia Jesús Lizcano, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente del capítulo español de Transparencia Internacional, la primera entidad mundial de prevención y lucha contra la corrupción, este viernes 9 de diciembre, Día internacional contra la corrupción.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cifra en 90.000 millones de euros al año el coste de estos delitos en España. Más de la mitad, 47.500 millones de euros, el 4,5% del PIB (toda la corrupción por tanto supone cerca del 10% del PIB, cuando la media mundial supone el 5% del PIB. España es el doble de corrupta que la media mundial), corresponde a sobrecostes administrativos por las deficiencias en el control de las contrataciones públicas. Por esto dice Jesús Lizcano que la corrupción es un impuesto implícito al ciudadano, una pérdida, un gravamen imprevisto que no se factura y no se presupuesta. Los otros 40.000 millones son absorbidos, directa o indirectamente, por las muchas formas de corrupción existentes.
¿Cómo puede España alcanzar ese ideal de buen gobierno?
No existe ninguna fórmula mágica para lograrlo. Pero sí existen ejemplos históricos que pueden servirnos de guía. Suecia, por ejemplo, no fue siempre la Suecia que conocemos hoy. En Suecia en el siglo XIX los ricos o los que tenían relaciones con la nobleza accedían con facilidad a altos cargos en la Justicia o la Administración Pública. La corrupción campaba a sus anchas, los servicios públicos eran un desastre, y nadie confiaba en el Estado. ¿Cómo lograron los suecos salir de ese mal equilibrio?
Solo con una reforma de calado que modifique varias variables lograremos entrar en un nuevo equilibrio con menor corrupción
España no tiene un problema cultural irremediable, como es evidente que tampoco los suecos lo tenían en su momento. Los españoles podemos convertirnos en un país con unas instituciones envidiables. Lo único que necesitamos es liderazgo, ambición y voluntad política.
Solamente a través de una reforma de calado que modifique varias variables al mismo lograremos entrar en un circulo virtuoso de confianza que nos lleve a un nuevo equilibrio con menor corrupción. Si de forma sistemática nos encontramos que pocos políticos roban, que existe rendición de cuentas, que la justicia funciona y que los que roban y defraudan pagan, entonces los incentivos a la corrupción y al fraude disminuirán.